Se accede por un camino de ripio en el que se recomienda precaución por tener importantes cañadones naturales.
Se trata de una playa agreste y tranquila, definida por un macizo rojizo del período precámbrico (500 millones de años)
y un sistema de grandes médanos. Resulta ideal para disfrutar en familia y realizar pesca deportiva, snorkeling,
sandboard y todas las actividades de contacto con la naturaleza.
Es un sitio visitado por observadores del cielo austral, estudiosos de las energias y la meditación, poetas escritores y artistas
que encuentran tranquiidad y anonimato en las extensiones de esta particular playa sureña.
Es el puerto natural de las embarcaciones de pesca artesanal que van en busca de almeja panopea, mejillones, cholgas y cangrejos.
Se recuerda que los pescadores no realizan venta directa al público debido al protocolo sanitario que previene la intoxicación por marea roja.
Se conoce como marea roja a la presencia momentane de microalgas tóxicas para el ser humano en el sistema digestivo
de los moluscos bivalvos y caracoles.
Es un fenómeno natural-estacional, que se detecta con anealisis de laboratorio y que luego de cumpido su ciclo, los moluscos
pueden ser consumidos con normalidad.
Es importante comprender que la marea roja no se elimina con ningún tratamiento especial o «casero».